En el mercado siempre hay bullicio y todo es susceptible de ser fotografiado, porque cada instantánea te ofrece un pequeño trazo antropológico de la simple complejidad del ser humano. Estos son algunas imágenes del mercado de Vega Chica, en la capital chilena. Algunas digo, porque fue todo un ejercicio de supervivencia hacer fotos allí. Me advirtieron que tuviera cuidado con la Canon, y como dijo mi amigo el 'sandinista' Alexis: "Mejor perder el queso gouda que la cámara". No se equivocó, algún ser andará comiéndose el cuarto de kilo de queso que compré allá porque llegué al piso sin él. Pero volví con retales de realidad captados y ahora compartidos. Que lo disfruten ustedes sin sobresaltos, que esos se quedaron para un servidor.
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