
Complétalas tú, mis historias también te pertenecen justo al punto y seguido de lo que narro y viviría narrando, al vaivén de tus pestañas, al zigzag de tus pupilas, a lo que callas y hablas le extraigo todo el equipaje de mano para vestirme de experimentada sabiduría el amenazante día en el que en el cesto todo quede por lavar.
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