Vosotras que empujáis el carro de la vida con la energía que a mi se me deslizó entre los ajados dedos del arrepentimiento, vosotras adorables titanes que morderéis el polvo de pretéritas batallas, os levantaréis y comenzaréis a crear sueños en terreno baldío, vosotras que daréis disgustos y alegrías, vosotras que me recordáis a diario lo difícil que es mantener el tipo ante el maravilloso debut de la adolescencia, vosotras que todo lo expresáis sin la censura del que no tiene nada que ocultar, vosotras que me enorgullecéis de todo aquello por lo que sentí trémula agonía, vosotras que encontraréis la felicidad en la medida en que deséis buscarla en derredor. A vosotras que estimuláis preguntas y respuestas en mi infatigable cerebro y en mi ignoto corazón. A vosotras que os tranformaréis en amigas, madres, amantes, abuelas y mujeres sin ataduras mentales. A vosotras que abofeteáis mi rostro de pánfilo con ristras de realidad al proyectarme en lo que siento, deseo y temo de mí mismo. Vosotras, pura energía concentrada en metro y medio. A mis niñas, Tati y Paula. Por el día de vuestra comunión, por perdonarme el no estar allí, por haber aterrizado en mi vida. Gracias, al borde de noctámbulas lágrimas de nostalgia. Mil gracias de vuestro Julito.
Guárdales el texto por Dios,quizás ahora no lo entiendan pero de mayores se darán cuenta de lo afortunadas q son.
ResponderEliminarU r so nice..!
(K)(K)
De vosotras será este nuevo mundo
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