
"La vida nos enseña que por muy rarunos que seamos necesitamos que nuestros iguales nos quieran. Todos los simios superiores tratan de respetar el equilibrio del grupo hasta que de pronto condenan al ostracismo a un miembro. ¿Por qué? Porque se ha enfrentado a la autoridad, porque es débil, porque ronda a una hembra que no le corresponde. El simio defenestrado sufre". (Elvira Lindo; El País: edición digital); 04/04/10. http://www.elpais.com/articulo/opinion/Hacer/sangre/elpepusocdgm/20100404elpdmgpan_2/Tes
No hay comentarios:
Publicar un comentario